Un antes y un después, simbólico (siempre todo es un proceso). “Salir del armario” y lanzarse, no a la piscina, sino al mar de reconocerse artista y fundirse en ese océano al que todos pertenecemos. Eso supuso esta exposición para mí. Siempre estaré agradecida a mi “padrino artístico” Pere Parramón, y a Raimonda Coll y Amics del Museu d’Art de Girona.
Una creación no se convierte en arte si no se comparte a la mirada (sobre todo la interna), del otro. Y he descubierto que , al mostrarse, siempre se recibe mucho más de lo que se da. Nuestro mundo interno va tejiéndose también en estos encuentros a través del lenguaje común de los seres humanos, el de la creación.
La psiquiatría es “la medicina del alma”, y “el arte es el lenguaje que habla al alma de las cosas que son para ella el pan cotidiano, que sólo puede recibir en esta forma…” como decía Kandinsky.
Seamos todos artistas.